El carácter. Un valor a añadir a toda nueva obra.
Los almacenes de materiales de derribo no son nuevos pero están experimentando un incremento de popularidad sobre la base de que cada día mas diseñadores, arquitectos y promotores valoran el trabajo artesano de eras pasadas, la construcción amigable con la naturaleza y la perfecta integración de los trabajos de rehabilitación con las construcciones originales.Razones ecológicas, económicas y de armonía constructiva aparte, el señorío y calidez que impregnan los edificios y estancias antiguas, vividas, ennoblecidas por el paso del tiempo, solo pueden conseguirse mediante el paso de los años o con el uso de materiales de derribo.
Ya sea mediante la utilización global de materiales de derribo para el conjunto de una edificación o mediante el uso puntual de algún material con historia en entornos decorados mediante esquemas actuales como el minimalismo o el funcionalismo, los materiales con historia ponen un punto discreto y a veces imperceptible de dandismo ambiental.
A medida que se desarrolla el gusto por este tipo de materiales, están apareciendo nuevos almacenes en todas las provincias. Desde grandes campas en las que se pueden adquirir materiales pesados como palets de ladrillos antiguos, piedra de musgo, lajas de mármol, grandes portones y pesados ventanales, hasta las pequeñas y céntricas almonedas y chamarilerías que ofrecen pequeños detalles y complementos para pared y muebles.
La pasión por la historia.
Detrás de cada mostrador o en medio de las campas y almacenes, vamos a encontrar un comerciante, un industrial involucrado y apasionado con la conservación del medio ambiente, con la preservación de la cultura e historia y con la transmisión de los valores del pasado hacia el futuro.
Cualquier objeto que se pueda salvar de un derribo es una pequeña contribución a un mundo más limpio y ecológico. Vivimos en un mundo tan sumido en la tecnología que tendemos a olvidarnos del origen de las cosas.
Los materiales de derribo son en ocasiones irreemplazables y con cada edificio que se derriba mucho esfuerzo, mucho arte, y mucha sensibilidad van al vertedero mas cercano.
Redes de salvamento.
Los almacenistas de materiales de derribo obtienen sus pequeños tesoros a través de complejas redes de contactos con empresas derribistas, empresas de reformas y personas que por su sensibilidad guardaron algún objeto de difícil posicionamiento en el mercado y del que pueden obtener algún pequeño rédito. Otros almacenistas se nutren de hallazgos personales en derribos y reformas llevados a cabo por ellos mismos.
La intervención de los almacenistas sobre los objetos salvados suele ser mínima. Fundamentalmente porque prefieren preservar las pátinas y texturas originales o, en todo caso, permitir al usuario final adaptar las mismas a sus gustos o necesidades. Colocar una vieja puerta con desconchones en su última capa de pintura de hace mas de 20 años o decapada y repintada con finas capas traslúcidas que no cubren las rozaduras y arañazos, en una obra de nueva factura, no va a ser extraño a partir de ahora en ciertos ambientes exclusivos.
A veces se hacen reparaciones mínimas para conservar la solidez estructural de una pieza dañada e impedir el deterioro ulterior a su retirada de obra, pero siempre dando primacía a los principios de intervención mínima y discreción.Para restauraciones complejas o de carácter artístico, los almacenistas suelen remitir a los clientes a artesanos especializados de su confianza.En todo caso hay una constante en los almacenes de derribo, todos y cada uno de sus productos son únicos e irrepetibles y además suelen rotar en función de los hallazgos que se realicen por lo que perderse en uno de estos almacenes causa una sensación parecida a la de infiltrarnos en un viejo desván de una casa solariega cuando éramos niños.
En los Estados Unidos y países de Centroeuropa, algunos almacenes pueden presumir de que algunos de los materiales que recogen tardan solo unas horas en ser revendidos, tal es la demanda de materiales de derribo en estos países. Los encargos son frecuentes y los almacenistas mantienen viva una agenda de personas demandantes de productos concretos por lo que algunos materiales ya tienen dueño antes de llegar al almacén.
Materiales especiales para gente especial.
En todo caso no es el valor funcional del objeto el que se paga, es el valor histórico asociado, la exclusividad, la originalidad y la exquisitez. Porque los materiales de derribo suelen ser materiales históricos, exclusivos, originales y exquisitos, pero ¿que decir de quienes se enamoran de ellos?
Cuando menos siempre se trata de personas especialmente sensibles a valores que no son evidentes a la vista y con una cierta capacidad para dejarse arrastrar por las emociones a primera vista.
Para hacer posible la perfecta adaptación de las emociones transmitidas por los materiales de derribo a las nuevas obras, los almacenistas recomiendan su adquisición con carácter previo al inicio de la construcción y aún de la propia fase de diseño. Muestre a un arquitecto los elementos que han despertado su pasión y pídale que los encaje en su proyecto. El arquitecto sabrá dialogar con el espíritu que vive en cada material y lo sabrá encajar en la construcción de la forma mas adecuada.
En caso de encontrarse ante proyectos de rehabilitación que imponen su carácter antes de empezar, los almacenistas recomiendan acudir a los almacenes con las medidas perfectamente tomadas así como los márgenes de viabilidad de la obra permite. Llevar a los almacenes de derribo una muestra de los materiales que se quieren completar puede ser de gran ayuda así como pueden suscitar ideas que, sin suponer el reemplazo de las piezas perdidas con materiales idénticos, encajen armónicamente en el proyecto de rehabilitación. Y no olvide nunca llevarse guantes de trabajo y botas de seguridad cuando visite un almacén de derribo. Siempre es recomendable valorar de cerca el estado y calidad del material de derribo que se adquiere. No hay que olvidar que no se trata de material estandarizado sujeto a normas industriales.Los almacenistas invitan a los clientes a acercarse a sus almacenes con una mente abierta y abiertos a disfrutar de la experiencia. “Lo que mas me gusta de este negocio es la gente con la que tratamos. Suelen ser muy creativos, imaginativos y gente maravillosa” dice Tom Sundheim, propietario de Queen City Arquitectural Salvage y Arquitectural Artifacts en Denver. “ Siempre me dejo inspirar por ellos y las grandes cosas que hacen con los materiales que recuperamos” añade Hippo Hardware´s Miller.
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