- Data de la madera. Se trata sin duda del valor fundamental de la madera de derribo. Una madera mas vieja estará mas seca que la misma mas nueva. Sin lugar a dudas es preferible una madera mas vieja que otra de una variedad mas apreciada pero nueva.
- Variedad de madera. Nogal, palo rosa, roble, castaño, pino melis, haya, pino insigne, pino valsaín, etc. Elija siempre maderas estrechas en climas con grandes oscilaciones climáticas.
- Calibrado de la madera. Asegúrese de que toda la partida de madera que adquiere es del mismo grosor. En este sentido no conviene mezclar maderas de distintos lotes o en todo caso, si es preciso hacerlo considerar la utilización de espumas de poliuretano autonivelantes para su fijación a la solera.
- Sección de la madera. Valore los milímetros de madera por encima de la hembra de la machimbre. Ese es el grosor que iremos reduciendo en el futuro con los distintos acuchillados que le daremos al suelo con el paso del tiempo. No recomendamos usar tarimas con menos de 4 mm de entrega de madera.
- Longitud de la madera. Se trata de una variable que sin duda aumentará el precio de la misma por la dificultad de su obtención. No es necesario adquirir toda la tarima de la misma longitud. Los despieces mas pequeños se pueden usar en los extremos.
- Anchura de la tabla. Sin duda la madera de derribo es mucho mas estable que la madera nueva, no obstante, evite tablas de gran anchura en climas con fuertes oscilaciones de temperatura y humedad.
- Rectitud de las tablas. Se trata de una variable que no invalida plenamente una tarima si consideramos que una tabla alabeada o combada puede ser cortada en su longitud en obra y ser aprovechados las secciones resultantes en los extremos de la instalación.
- Limpieza de la machimbre. Una machimbre limpia ayuda a una mas fácil colocación. Las empresas de recuperación de suelos de derribo suelen ofrecer servicios de colocación. Recomendamos contratar estos servicios a la misma empresa proveedora del producto quienes al responsabilizarse de la limpieza de la madera se responsabilizarán de las dificultades que pueda ofrecer su instalación.
- Limpieza de la superficie. No debe ser un factor determinante a la hora de elegir una tarima salvo que se opte por terminaciones y acabados con gran personalidad o en estilos rústicos o industrial. Téngase en cuenta que tras la instalación de la tarima la misma debe ser acuchillada para evitar las cejas (leves diferencia de altura entre tablas), y con ese acuchillado van a desaparecer pinturas y barnices previos.
- Calibrado de baldosas. Salvo caso de diseños singulares es importante comprobar la homogeneidad de tamaño del lote de baldosas a usar.
- Tarima vs parquet: en el caso de adquirir lotes de baldosas es preferible que las mismas se hayan elaborado con piezas machihembradas entre si para garantizar la estabilidad entre piezas, si bien unas baldosas elaboradas con piezas de parquet, sin machimbre, admitirán un mayor número de acuchillados en su vida útil.