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Los
muebles,
precisamente por su características de bien “mueble”,
“móvil”, han podido viajar con las familias en los
traslados, en los cambios de ciudad. Muebles de herencia
familiar, de viejos almacenes, trastos del desván de la
abuela, contenedores urbanos,... todo vale. Nunca sabes
donde pueden estar. La mayor parte de ellos pueden
volver a ser puestos en uso tras un trabajo de
restauración.
Los materiales
de construcción son otra historia. Forman
parte de los edificios privados y públicos, funcionales,
monumentales, comunes y artísticos. Su pertenencia a
bienes inmuebles su transmisión familiar es mas difícil. Solamente durante las reformas y derribos
de edificios es posible hacerse con ellos y hoy
constituyen un valor en alza.
Los derribos de viejos edificios son una
fuente de materiales preciosa. ¿Cuántos viejos edificios
han dado con sus ladrillos en el contenedor y desde allí
han ido al vertedero? ¿Cuánta riqueza patrimonial hemos
derrochado? ¿Cuánta energía hemos consumido para
reemplazar aquellos materiales de los que nos hemos
desecho?
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En España
se producen 35 millones de toneladas de
residuos de la construcción al año, una
masa que cubriría noventa campos de
fútbol hasta 25 metros de altura.(
NAM.
Anuario de la Construcción 2007) |
Pero la simple captación
de materiales no es suficiente. El
proceso de recuperación de materiales de
derribo no es fácil. La operación de
acopio se realiza normalmente contra
reloj, se debe realizar de modo
cuidadoso para no dañar el material y
debe ser dispuesto de modo ordenado para
facilitar la carga y el transporte.
Tras ser descargado en el
almacén de derribo debe normalmente ser
procesado, en general operaciones de
limpieza, decapado, cepillado, la
gestión de residuos generados debe ser
respetuosa con el medio ambiente y
finalmente debe ser clasificado y
catalogado, operaciones estas últimas
que no son muy frecuentes en el sector
del material de derribo dificultando la
búsqueda por los posibles interesados en
su reutilización. Todo un proceso caro
si añadimos el coste de amortización de
los almacenes y medios de protección y
conservación. Al final un resulta un
proceso laborioso pero siempre menos que
la recreación de los materiales
conseguidos, caro pero mas barato que
materiales nuevos de la misma calidad y
finalmente duro pero extremadamente
satisfactorio. |
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