Tanto si quieres renovar una casa de época y deseas reinstalar los materiales originales como si sencillamente te encantan y aprecias el valor de los radiadores de hierro fundido y quieres colocar algunos de ellos en tu nueva casa, hay un hecho objetivo que no se discute: los radiadores de hierro fundido tienen características termodinámicas propias que los hacen competir con ventaja frente a los nuevos diseños de chapa de acero o  de aluminio además de las ventajas estéticas y patrimoniales que le son inherentes.

¿Se puede confiar en estos viejos radiadores?

Nuestro objetivo es siempre ayudar a conservar el patrimonio arquitectónico y sin duda los radiadores de hierro fundido son un claro exponente de material de gran calidad al que un buen trabajo de restauración puede devolver su esplendor resultando económica y ecológicamente coste-eficientes frente a la alternativa de usar radiadores de las mismas características de reciente construcción.

En deDerribo recibimos radiadores en todo tipo de condiciones pero siempre los sometemos a un proceso metódico de recuperación al final del cual pueden ser ajustados a un sistema de cañerías de calibre estandarizado en cualquier sistema de calefacción actual.

Para recuperar radiadores hay que considerar:

1. La captación de los radiadores de hierro, cuando trata de una cantidad sustancial y se encuentran en viviendas con una altura accesible, conviene hacerla con camiones grúa que nos permiten ahorrar costes de mano de obra.

2. Retirada de válvulas. La retirada de válvulas puede ser una tarea árdua teniendo a veces que recurrir al uso del soplete. De este modo permitimos la entrada de la sosa cáustica al interior del radiador y con ello su limpieza interior.

3. Inmersión en baño de sosa cáustica. Los radiadores son sumergidos en sosa durante 48-72h para facilitar su decapado y limpieza.

4. Chorreado con agua a presión para retirar los restos y acúmulos de sosa y evitar quemaduras en su manipulación posterior.

5. Chorreado con arena. El radiador se suspende en el aire mediante una grúa para poder chorrearlo con arena en todas sus caras y ángulos a fin de lograr que desaparezcan todos los restos de pintura, incluyendo los de que se hallan en las caras internas de los elementos y que son de más dificil acceso.

6. Prueba de presión. Los radiadores son sometidos a una prueba de sobrecarga de presión de 5kgs/cm2 para detectar posibles fugas si las hubiera.

7. Lijado manual. Cada elemento es lijado manualmente con lijas de grano fino y repasados con lana de acero para evitar todo resto de pintura y óxido desprendido.

8. Imprimación antióxido. Utilizando una imprimación capáz de soportar 800ºC de temperatura y de baja granulometría conseguimos resaltar los relieves y la pátina del radiador. Hay quienes optan por instalarlos con esta terminación de aspecto "reclaimed industrial" si bien se pueden usar pinturas anticalóricas de múltiples colores para dar al radiador un color acorde con la decoración específica del espacio al que va destinado.

9. Transporte a destino. Los radiadores se transportan a destino sin apilar unos sobre otros y calzados sobre madera para evitar pérdidas de protección del barniz anticalórico.

10. Pintado de radiadores. Es posible pintar los radiadores en cualquier color pero siempre con pintura anticalórica.

11. Instalación de válvulas. A pesar del encanto de las antiguas válvulas, por experiencia, recomendamos su sustitución por valvulería nueva. Es posible encontrar en el mercado múltiples modelos de kit que debe incluir 4 piezas: llave de paso, detentor, sangrador y tapón para las cuatro esquinas del radiador.

 

¿Puedo restaurar mis viejos radiadores?

Sin duda esta es la mejor opción. Nunca una pieza va a estar mejor ubicada ni va a encajar mejor que en su lugar original.

La eficiencia calórica de los viejos radiadores de hierro fundido está fuera de toda duda, sobre todo una vez que los decapemos para retirar todas las capas de pintura sobrantes que se han acumulado con el paso de los años.

Una buena limpieza interior acabará en gran medida con los acúmulos de cal que pudiera tener, especialmente en zonas en la que las aguas contengan gran contenido de cal.

Las asociaciones para la conservación del patrimonio arquitectónico están para ayudarte a recuperar esos viejos elementos y devolverlos a su estado original o incluso mejorarlos con accesorios actuales que los mejoran funcionalmente.

Cuando hagas reforma en tu casa y con independencia de que quieras darle un aire moderno, minimalista, industrial, funcional o incluso trasgresor, valora la posibilidad de volver a instalar tus viejos radiadores de hierro fundido debidamente decapados, limpiados internamente, testados y barnizados o pintados con productos anticalóricos y, desde luego con valvulería nueva. Lucirán como el primer día, conservarás el sabor original de tu casa y habrás contribuido a evitar el consumo energético que requiere el reciclado del hierro.

Si tu opción es otra siempre podrás sacar un dinero extra vendiéndonos tus viejos radiadores. No permitas que acaben convertidos en chatarra.

 

¿Cuáles son los radiadores clásicos más frecuentes?

La variabilidad de formas y tamaños de los radiadores clásicos es inmensa. En la siguiente tabla recogemos los datos técnicos de algunos con los que hemos trabajado.

 

MODELOS:
Hemos recogido la denominación con la que se conoce cada radiador en el ámbito internacional así como en España.

Nº COLUMNAS:
Cada elemento de radiador se compone de varias columnas o tubos por los que circula el agua para favorecer el intercambio de calor con el ambiente. Podríamos definirlo como el nº de tubos que se observan en el radiador al mirarlo lateralmente.

KCALS/HORA/60º :
Indica la potencia calórica de cada elemento del radiador y es importante considerar esta variable para estimar el nº de elementos que hemos de colocar en cada estancia de la casa. Los valores que ofrecemos son estimaciones basadas en catálogos oficiales y en nuestra experiencia. Se trata de valores aproximados.

DIMENSIONES:

• Altura: Considérese que los radiadores sin patas pueden colgarse de la pared a una altura variable.
• Anchura de cada elemento: para calcular la anchura total del radiador, ha de multiplicarse por le nº de elementos y además considerar el tamaño de la llave de paso que se desea instalar.
• Fondo: debe considerarse que el radiador debe instalarse a 3-5 cms de la pared.

DISTANCIA ENTRE EJES:
Se trata de la distancia entre el centro de los orificios superior e inferior del radiador que debe considerarse para estimar la ubicación de las tomas y salidas de agua de la instalación.

DISTANCIA EJE INF-SUELO (cms):
Es la distancia entre el centro del orificio inferior y el suelo, distancia que debe considerarse al hacer la instalación.

CALIBRES SUPERIOR E INFERIOR (pulgadas):
Cada radiador tiene un calibre de orificios distinto que debe considerarse para proveerse de las tapas correspondientes sobre las que, mediante reducciones, se ubicarán el detentor, purgador y llave de paso. Habitualmente estos accesorios se roscarán a 1/2 pulgada por lo que las tapas deberán ser reductoras en la mayor parte de los casos.

SENTIDO DE LAS ROSCAS:
Si bien la rosca más frecuente es en sentido derecha, algunos modelos de radiadores usan rosca de sentido izquierda o ambas.

 

¿Qué tamaño de radiador necesito?

Para calcular el tamaño del radiador que necesitamos tenemos que considerar múltiples variables como el volumen de habitación a calentar, la zona climática en la que nos encontramos, la orientación de la estancia y la demanda de calor de la habitación.

• Volumen de la habitación a calentar: expresado en m3. Es el producto de multiplicar los metros cuadrados por la altura media del techo (siempre en metros).


• "Factor C" o factor de zona climática: presentamos un mapa de zonas climáticas de España que nos permite dividir nuestra geografía en 5 zonas atendiendo a sus requerimientos térmicos.





 



A cada zona le asignaremos un factor de zona.

• Factor de zona A: 0,7

• Factor de zona B: 0,8

• Factor de zona C: 0,9

• Factor de zona D: 1

• Factor de zona E: 1,15




• "Factor O" ó factor de orientación: En función de la orientación de la estancia le asignaremos los siguientes factores

  • Zona de montaña: 1,2

  • Orientación norte: 1,15

  • Otras: 1

  
  

• "Factor D" ó factor de demanda de calórica por habitación.

 

Cálculo de la potencia necesaria en una habitación:
Potencia necesaria = (Metros cúbicos) x (Factor C) x (Factor O) x (Factor D)

El número de kilocalorías/hora que desprende un radiador dependerá del número de elementos; a más elementos mas potencia y el número de tubos de cada elemento; a más número de tubos por elemento, mas contacto con el aire y por tanto mas kilocalorías/hora desprenderá. Para conocer el número de Kcal./hora que desprende un elemento de radiador es necesario conocer sus especificaciones técnicas de origen. Las mismas se encuentran tabuladas y sus valores se expresan en Kcal./hora o bien en watios/hora. 1Watio=1,16Kcal.

También es muy frecuente que las unidades para expresar la potencia calórica necesaria para caldear una estancia o bien la potencia de un elemento de radiador se exprese en unidades BTU (British Thermal Unit), sobre todo en radiadores antiguos procedentes de los EEUU o de Gran Bretaña. En tal caso consideraremos que 1BTU = 252cals = 0,29W

Ejemplo: Necesitamos calefactar un salón de 24 m2 en Madrid capital con una altura de techos de 2,80 orientado al norte y disponemos de radiadores de hierro fundido con una potencia calórica de 155kcal/elemento

Es decir:
- Metros cúbicos: 24 x 2,8 = 67,2 m3
- Factor C de Madrid: 1
- Factor O del norte: 1,15
- Factor D de un salón: 50,6 kcal/hora
Potencia necesaria= 67,2 x 1 x 1,15 x 50,6 = 3.910 Kcal/hora
Elementos de radiador necesarios: 3.910kcal/hora / 155 kcal/hora = 25 elementos.

 

Recomendamos incrementar el número de elementos en un 15% dado que así podremos lograr la temperatura deseada en caso de que descienda la temperatura del agua de la calefacción lo que suele suceder durante los momentos de arranque y apagado del sistema.

Por el contrario, en caso de exceso de temperatura no quiere decir que tengamos que vivir como en una sauna, basta con cerrar un poco la llave de paso.

 

Consideraciones a tener en cuenta para poder instalar radiadores de hierro fundido.

Los radiadores de hierro fundido sobresalen ligeramente más de la pared que los nuevos radiadores de acero o aluminio.

Para evitar retrasos conviene disponer de los radiadores en la obra antes de que el fontanero haga las terminaciones de las cañerías. Así podrá hacerlas a la medida exacta de los radiadores a instalar y evitaremos tener que hacer adaptaciones de última hora.

Contar con un fontanero de confianza y con gusto por su trabajo es un plus.

Para construir con materiales de derribo siempre se debe recordar que "es más eficiente adaptar los materiales de obra estándar a los materiales de derribo que los materiales de derribo a la obra".

 

Ubicación de los radiadores de derribo

Los radiadores antiguos al igual que los modernos, conviene colocarlos debajo de las ventanas para así calentar las corrientes de aire frío que pudieran colarse por las mismas.

Lo cierto es que los cristales de cámara de vacío con los que contamos hoy en día hace que esta ubicación ya no sea tan necesaria, pudiéndose trasladar los radiadores de derribo a otros lugares con mayor libertad. Incluso las ventanas de derribo pueden usar cristales con cámara de vacío y perfiles de caucho resultando incluso más aislantes que las de PVC o aluminio. En todo caso y si se desease colocar un radiador bajo una ventana conviene respetar la máxima de que la anchura del radiador debe la misma que la de la ventana por razones estéticas.

No debemos dejar de considerar que un radiador de hierro fundido es siempre un elemento captador de miradas, lo que en decoración se conoce como un "eye-catcher", dada la belleza de sus texturas, labrados o válvulas. Un radiador de hierro fundido a la vista, dada su belleza, no va a requerir del uso de cubreradiadores con lo que mejoramos la eficiencia energética de nuestro sistema de calefacción y podemos además ubicarlo en un lugar predominante de la estancia pues servirá además como elemento decorativo con la ventaja de poder ocupar y decorar lienzos de pared estrechos pues los radiadores de hierro fundido dada su mayor altura que los elementos de radiador actuales es capaz de calentar más ocupando menos espacio.

Opciones de estilo y diseño

El rango de diseños de radiadores clásicos es enorme, pero básicamente los vamos a dividir en dos, los ornamentados con sobrerelieves y los lisos.

Para ambientes clásicos y señoriales así como para lugares en los que el radiador deba adquirir un importante protagonismo, sin duda los diseños ornamentados son de elección. Hemos de considerar que la valvulería debe ir acorde con el diseño y debemos presupuestar el coste de la misma pues las válvulas que hoy día se siguen fabricando en bronce o latón suelen ser caras por el alto precio que estos materiales han alcanzado en el mercado de nuestros días.

En ambientes industriales, minimalistas o funcionales, es seguro que los radiadores lisos sean la mejor opción. Son mas fáciles de limpiar con un paño húmedo y su eficiencia energética es mayor dado que suelen disponer de 4 ó 6 tubos, a diferencia de los labrados que suelen contar con 2 ó 3 tubos como máximo. Cualquier válvula moderna se acomoda estéticamente a su diseño y se fabricaron en más variedad de alturas y profundidades.

En cualquier caso los radiadores de hierro fundido tienen una gran inercia térmica manteniendo el calor por más tiempo una vez cerrado el circuito de calefacción.

 

Colores y acabados

Quelado
Los radiadores de hierro fundido adquieren un precioso color óxido cuando los decapamos y los chorreamos con arena. Podemos mantener ese precioso color mediante quelado. En tal caso no se forma película sobre el radiador pues el tratamiento se filtra en los poros y con ello logramos resaltar los sobrerelieves y nervios de los elementos. El resultado es de gran fuerza y contundencia visual. Los tonos de la colada de hierro saltan a la vista y no habrá dos elementos iguales. Sin duda una opción para ambientes señoriales y rotundos.

Bruñido
Obtenemos con ellos un acabado similar al de los cañones de las armas de tiro. Se consigue mediante el bruñido del metal con cardas de diferente grosor y dureza, desde la más dura a la más blanda. Se trata de un trabajo artesano que se ha de realizar elemento por elemento con su consiguiente desmontaje y montaje posterior. Es una opción cara pero sin duda de gran impacto visual, sobre todo en elementos con sobrerelieve. A cambio la transmisión del calor es perfecta al no existir películas interpuestas entre el metal del radiador y el aire de la estancia.
Hemos de considerar que este tipo de acabado no es apto para ambientes húmedos y no se debe apoyar paños húmedos sobre él pues lograríamos que aparecieran puntos de óxido.

Pintado
Sin duda es la opción más común por la gran diversidad de colores disponibles. Prácticamente cualquier color se puede conseguir si bien queremos llamar la atención sobre el hecho de que con las pinturas anticalóricas es difícil lograr ajustarse a un RAL preciso y la mejor forma de lograrlo es encargar la mezcla a un técnico en pinturas aportándole una muestra material del color deseado.
Por otro lado hemos de considerar que la viscosidad de la capa de pintura, además de constituir una barrera, aunque mínima, a la transmisión del calor, desdibuja ligeramente los sobrerelieves y nervaduras de los elementos.
El color negro mate es sin duda el color mas eficiente al ser el que tiene más capacidad para irradiar el calor. El blanco roto o el marfil suave son las opciones más populares y que sin duda encajarán mejor con cualquier color en el que se pinten las paredes en el futuro.

 

Valvulería para radiadores antiguos

Otro elemento a considerar a la hora de marcar un estilo sin duda es la valvulería que se compone de:

- Llave de paso
- Detentor
- Tapón
- Reductores

El estilo de estos elementos va a marcar significativamente el conjunto estético que un radiador de derribo supone.